Ana Llorente: “Mugler es una lección de valentía y de alineamiento de sus valores con la carrera que desarrolló”
Ana Llorente, investigadora y docente del Área de Moda de UDIT, Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología, acaba de publicar el libro Leyendas de la Moda: Thierry Mugler, en el que repasa la trayectoria de la firma, su evolución y el impacto de la misma y del propio diseñador en el sector de la Moda.
Hablamos con la autora del libro acerca del proyecto, del proceso de investigación y, por supuesto, de Manfred Thierry Mugler.
- ¿Cómo surgió la oportunidad de escribir Leyendas de la Moda: Thierry Mugler?
Hace justo un año, desde Barcelona, una empresa dedicada a la gestión de proyectos editoriales que trabaja para RBA se encontraba buscando especialistas para escribir los volúmenes de la colección Leyendas de la Moda, cuando una de las autoras, Marisa Fatás, les recomendó echar un vistazo a mi perfil. Contactaron conmigo y, tras darles a conocer mi experiencia y una breve charla, me encargaron el libro. Tengo que decir que me dieron la oportunidad de elegir entre algunas firmas, para elaborar su monografía, y yo escogí Mugler. Así que, ha sido un privilegio, la verdad.
- ¿Cómo ha sido el proceso?
Duro, pero me ha reportado una de las experiencias, por el momento, más bonitas como historiadora de la moda. Aunque se trata de un trabajo de divulgación (me pedían, de hecho, que tuviese en cuenta que no iba dirigido a público especializado), he tenido que llevar a cabo una investigación difícil. Existe mucha fuente secundaria sobre Mugler, pero toda monografía acababa repitiendo los mismos conceptos sobre su carrera. Así que he tenido que recurrir a fuentes primarias, a hemeroteca y a un número reciente de Griffé que ha hecho una labor tremenda de investigación contando con los archivos de la firma. Además, la editorial quería dar mucho peso a la evolución como marca, como empresa, sin abandonar el análisis de colecciones y desfiles. Con lo cual, teniendo en cuenta que es una firma con ya casi cincuenta años de vida, que abarca ropa femenina, masculina y perfume, ha supuesto mucho trabajo de recopilación, selección, síntesis y construcción de una monografía que, dentro de los límites de extensión que imponía el encargo, aportase una visión de 360º, lo más completa posible.
- ¿Qué aprendizaje destacarías del mismo? ¿Y cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado?
Evidentemente, el mayor aprendizaje ha sido sobre Mugler. Sobre la marca, pero también sobre Manfred, de quien yo no quería renunciar a hablar, pues trazó su firma y fue el corazón de algunas revoluciones de la historia de la moda contemporánea. Y el mayor reto... Probablemente han sido dos o tres, no uno. Los plazos, desde luego. La editora, Laia, con la que he estado en constante comunicación se ha portado muy bien, flexibilizando ciertos deadlines. Pero he tenido que ir a un ritmo rápido para cumplir con las entregas de capítulos. Luego, tengo que decir, que la búsqueda de fotografías en bancos de imágenes ha sido muy fatigosa. Hay mucho vacío cuando se trata de los primeros desfiles de la marca, y ya si nos remontamos a Café de Paris, que fue la primera firma que fundó Manfred, no existe documentación visual accesible en el contexto editorial en el que nos hemos movido.
- Háblanos un poco de Mugler. Para ti, ¿qué significa este diseñador para la historia de la moda y para el sector?
Una lección de valentía y de alineamiento de sus valores con la carrera que desarrolló. Es indudable que Mugler fue una pieza clave en ese camino de reivindicación de una idea de feminidad sexualizada desde la autoconsciencia del poder del cuerpo, en su diversidad. En la línea de Paco Rabanne, Helmut Newton en fotografía, su colega Gaultier, la erotización y sexualización que pronunciaron sus diseños no iba acompañada de una sumisión o cosificación como objeto a consumir por el otro. Para muestra, el bustier Harley, que transforma el cuerpo de la mujer en una moto, sí, pero conducida por ella. Pero ya al margen de los hitos estéticos e identitarios que aportó, tanto para hombre como para mujer, o sus logros con el perfume gourmand, Angel, es que Mugler fue consecuente con cada visión propia de lo que tenía que ser la creación y la comunicación de su firma, hasta el punto de que, cuando se le presiona para ir supeditando su universo ante esa Estrella de la Muerte creativa que tiende a ser el corporativismo, se retira. Punto. Un hombre que había logrado vender miles de entradas a sus desfiles por miles de francos. Y, por supuesto, Manfred Mugler significó una expansión del capital cultural abarcable por la industria. De hecho, hay ciertos aspectos de él, no de la marca, que me hubiese encantado explicar, como su faceta como fotógrafo, o incluso cómo se parodió a sí mismo con su cameo en la película de Robert Altman, demostrando un espíritu autocrítico y reflexivo.
- Si pudieras escribir acerca de otro diseñador, ¿sobre quién lo harías y por qué?
Muy difícil elegir. Creo que, en estos momentos, me decanto por diseñadores/as españoles/as por el dramático vacío que tenemos en la historia de la moda nacional. Hemos dado un peso considerable a Balenciaga, que está muy bien, y, en relación con otros nombres, las exposiciones temporales han sido aportaciones tangenciales. Por ejemplo, para Pertegaz o Berhanyer. Pero hay grandes olvidados/as para buenas monografías. Muchos nombres orbitando.
- El sector de la moda es un sector poderoso, con mucha historia, un gran peso, etc. ¿Crees que se ha documentado y escrito lo suficiente? ¿En qué ramas, ámbitos o aspectos te gustaría que se ahondase más y por qué?
No, no se ha escrito lo suficiente. Es una disciplina muy joven, realmente, y con muchos campos todavía por explorar. Hoy mismo, con la profesora Victoria Vázquez, hemos estado comentando la falta de una historia del patronaje, por ejemplo. ¿En qué me gustaría que se ahondase más? En estos momentos, estoy en ese viaje exploratorio, de transición en mis áreas de interés, rescatando trabajos, muy de archivo, que realicé al comienzo de mis investigaciones doctorales. Pero creo que, como he comentado, sería de agradecer que mirásemos hacia la historia de la moda en España para dar visibilidad a nombres que abrieron camino. También me inquieta mucho la historia del traje que queda en los márgenes, en la periferia (que no en la subcultura o contracultura).
- Mirando al futuro, ¿cómo ves el panorama, a corto-medio plazo, del sector? ¿Qué caminos se están abriendo para los estudiantes de Diseño de Moda y Comunicación y Gestión de la Moda?
Pues veo que hay un camino sólido para que la moda siga brillando, y es la reivindicación del conocimiento del capital cultural que construye a una firma y, por ende, a esta industria. Todo parte de la creación, y esta requiere una buena base, una buena caja de herramientas, y tiempo. Para mí es importante, cuando no esencial, formar potenciando el pensamiento analítico y crítico. Además de otras habilidades y competencias profesionales, ese es el camino principal que hay que abrir para conducir la formación de futuros profesionales que acaben ejerciendo desde la reflexión, la ética y la libertad en sus elecciones.